Un océano se
considera un ecosistema, pero también lo es una charca, o un tronco
de un árbol caído. En cada ecosistema se establecen unas
condiciones físico-químicas que determinan qué seres vivos pueden
habitar en él.
A
grandes rasgos se
habla de tres tipos de ecosistemas:
Acuático
Se
caracterizan por su uniformidad: no existen grandes variaciones de
temperatura y, evidentemente, la humedad es constante. La
homogeneidad de estas condiciones ambientales determina que sean
menos diversos que los terrestres
Esta
clase de ecosistema los seres vivos se desarrollan en el agua. Estos,
adquieren características físicas muy similares entre sí como
consecuencia de su adaptación al agua. En este ecosistema las
variaciones de temperaturas no son muy marcadas, por lo que esta no
afecta la supervivencia de los seres vivos. Este ecosistema es el de
mayor tamaño ya que representan el 75%. Dentro de los
ecosistemas acuáticos se encuentran los siguientes:
Bentónico: estos
se ubican en el fondo de los ecosistemas acuáticos. En aquellos que
no son muy profundos, los principales habitantes son algas. En los de
mayor profundidad, la mayoría son consumidores.
Nectónicos: estos
animales se desplazan con total libertad ya que gracias a sus medios
de locomoción pueden adaptarse a las corrientes de agua.
Plactónicos: estos
seres vivos viven flotando en el agua terrestre o marina y son
arrastrados por las corrientes de agua, no se trasladan por
movimientos propios.
Neustónicos: estos
viven sobre la superficie del agua, flotando.
Aéreo
Este
tipo de ecosistemas tiene la particularidad de ser de transición.
Ningún ser vivo lo habita permanentemente, sino que tienen que
descender a la tierra para el descanso, alimentación o procreación,
por lo que no resulta autosuficiente. A causa de esto, algunos lo
ubican dentro del ecosistema terrestre.
Terrestre
Este
ecosistema se desarrolla sobre la superficie de la Tierra llamada
Biósfera. Los individuos más numerosos en este ecosistema son los
insectos, de los que existen 900.000 especies. Las aves ocuparían el
segundo lugar, con unas 8.500 especies. En tercer lugar, los
mamíferos de los que hay 4.100 especies. A diferencia del ecosistema
acuático, en el terrestre los individuos presentan características
mucho más variadas, esto se debe a los numerosos factores que
condicionan a las especies. Entre estos los más importantes son: la
radiación solar, la disponibilidad de agua, nutrientes y luz. Otra
característica de este ecosistema es la necesidad que tienen, tanto
los vegetales como animales, de agua para la hidratación de sus
organismos, por lo que sin ella no podrían subsistir.
Principales
ecosistemas terrestres:
–Zonas
heladas.
Zonas árticas Frío intenso todo el año. Suelo congelado. Osos,
focas, nutrias. Sólo hay vida en las costas.
– Tundra.
Veranos breves e inviernos largos y muy fríos. Musgos, líquenes,
sauces enanos, renos, lemmings, zorros, distintas aves.
– Taiga.
Temperaturas bajas en invierno y deshielo en verano. Bosques de
coníferas, linces, lobos, ardillas, osos.
– Bosque
caducifolio.
Gran humedad. Temperaturas moderadas. Árboles de hoja caduca: hayas,
robles, castaños. Fauna muy variada.
– Pradera.
Diferencias muy acusadas de temperatura. Pocas precipitaciones.
Vegetación herbacea. Grandes herbívoros, roedores, aves.
– Bosque
mediterráneo.
Inviernos suaves y veranos muy calurosos. Precipitaciones bajas,
sobre todo en verano. Árboles de hoja perenne: encinas, alcornoques.
Fauna muy variada.
– Desierto.
Precipitaciones muy escasas y fuertes oscilaciones de temperatura.
Escasos vegetales. Termitas, reptiles, camélidos.
– Sabana.
Una estación seca y otra de lluvias. Predominio de herbáceas con
árboles dispersos. Gacelas, leones, cebras, ñus.
– Selva
ecuatorial.
Temperaturas elevadas y constantes. Abundantes lluvias. Exuberante
vegetación. Monos, aves, reptiles, anfibio, insectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario